Conoce el caso de Juan, aprende de los problemas que enfrentó al momento de implementar su proceso logístico y cómo una asesoría y contratación de verdaderos especialistas como CINLAT Logistics, ayudó a que se recuperara. Si has tenido una experiencia parecida en tu empresa, esto te ayudará.

La historia de Juan

Juan es un empresario mexicano que vende productos de consumo en unas cuantas tiendas que tiene estratégicamente ubicadas en la Ciudad de México y en algunas otras ciudades del país.

Hasta el momento, ha sido exitoso, pero como es natural, ha llegado el momento en que decidió dar el siguiente paso, así que, desde el mes pasado, está registrado oficialmente, como proveedor de las principales cadenas de tiendas departamentales del país. Un sueño hecho realidad. Y justo ahora, que empieza la temporada alta, Juan hizo un presupuesto ambicioso y comenzó a hacer estrategias en su mente sobre cómo invertir el flujo de recursos que pronto tendrá que manejar.

Nueva llamada a la acción

El inicio de su experiencia logística

Comenzaron a llegar las órdenes de compra. Como es natural, cuando es la primera vez que entras en una cadena de tiendas, pueden haber pedidos de todas ellas. Y aunque en algunos casos, las órdenes de compra son para entrega en Centros de Distribución, se debe tener cuidado de atender el requerimiento de cada tienda. Y entregar en más de 250 tiendas al mismo tiempo, no es fácil, como Juan pudo darse cuenta.

Lo primero que pasó, es que tuvo en su almacén una cantidad de producto mucho mayor a la que nunca había manejado. Pronto fue rebasado y tenía cajas de producto dispersas en todas sus instalaciones. Incluso, en su oficina tenía tres cajas.

La entrega para sus tres principales cadenas de Retail, era con cita en el CeDis, a caja abierta y con una cantidad importante de otros requerimientos. Como el volumen era muy alto, ninguna de sus unidades podía surtirlo, así que contrató a un transportista que le recomendaron.

La noche anterior al embarque había sido muy pesada. Él mismo estuvo ayudando hasta la madrugada, a dejar el cargamento listo para que fuera recolectado al día siguiente: a las 9 de la mañana, hora en que el transportista debía llegar. Desde las 8:30, estuvo contactando al transportista para asegurarse de que venía en tiempo. Todo parecía estar en orden. Salvo porque el transportista no llegó a la hora convenida...

Comienzan las complicaciones

Cerca de las 10 de la mañana, en camiones de redilas con evidente falta de mantenimiento, llegó el transportista. A juzgar por su presentación, la fiesta de la noche previa había estado muy buena. Como Juan tenía mucha prisa, decidió no reclamar en ese momento y quitar más tiempo, así que se hizo la carga y los camiones salieron hacia sus destinos.

Ese día, puso a un subalterno, a monitorear esas entregas. Todo parecía ir bien. Hasta que quedó claro que no fue así.

El camión que iba hacia la primera cadena, la más grande, tuvo una ponchadura. Como iba a exceso de velocidad, al reventar la llanta, el chofer perdió el control de la unidad y chocó con otro auto, lastimando al conductor. No llevaba seguro, de modo que los dos vehículos fueron llevados al corralón para deslindar responsabilidades ante el ministerio público. Ya ahí, la mercancía fue asegurada mientras transcurría el trámite. Al final, la mercancía estuvo parada más de una semana, y la cadena de tiendas, le hizo llegar una multa por no presentarse. Además, la mercancía se dañó y no fue posible volverla a colocar en esa cadena. Fue necesario conseguir de urgencia más producto para cumplir con esa entrega. Y lo peor, no estuvo presente en piso de venta por varios días.

El camión que iba con dirección a la segunda cadena llegó a tiempo a su cita, pero al descargar la mercancía, iba dañada en parte. De modo que le rechazaron una parte importante de la entrega, con la multa respectiva, y la obligación de entregar nuevamente lo que no había sido aceptado. Eso sí, para tener la oportunidad de entregar lo que faltaba, él mismo tuvo que negociar con el comprador, por lo que tuvo que cancelar otras citas importantes.

El camión de la tercera cadena también llegó a tiempo, pero cuando fueron abriéndose las cajas para contar las piezas, hubo faltantes, lo que generó también rechazos parciales. Juan se había asegurado personalmente que la distribución fuera correcta para las órdenes de compra. La única explicación posible, era un robo por parte del transportista. Que no le pudo demostrar.

Al final, después de la primera ronda de entregas, Juan había tenido que invertir el tiempo de su subalterno, para dar seguimiento al proceso; su propio tiempo, negociando con el comprador de la segunda cadena, negociando en otros frentes para colocar el producto dañado; tiempo de toda su plantilla en retrabajo.

Se dan a notar las consecuencias

Tuvo que pagar por servicios de entrega fallidos, servicios de entrega adicionales para cubrir las fallas; multas por entregas incorrectas; un préstamo para pagar el inventario adicional; horas extra de su plantilla para cubrir los pedidos que no se cubrieron, y al final, sólo un 30% de todo el pedido estuvo en tiempo y forma en piso de venta para poder aprovechar los primeros días de la temporada alta. Y lejos de la gran utilidad que esperaba, esa operación quedó en números rojos. Le costaría una muy buena parte del próximo año, recuperarse de eso.

Momento de tomar una decisión

Y despertó. Se había quedado dormido mientras comenzaba a planear las entregas de la temporada alta. Todavía faltaban algunos meses, de modo que respiró y tras desperezarse, recordó que recientemente había visto de pasada un anuncio en la red, de una empresa llamada CINLAT Logistics. Entró a su sitio web, encontró su número telefónico y les llamó.

Tras pactar con ellos, CINLAT Logistics se hizo cargo de una manera automatizada y con información transparente, de sus inventarios, en perfecto orden. Y no sólo eso, sino que le ayudó a cumplir perfectamente con los requerimientos de surtido de cada una de las cadenas de Retail con quienes había contratado. Incluso, CINLAT Logistics se hizo cargo de la agenda de las citas de entrega. Pudo comprobar también, que este operador logístico trabaja solamente con transportes certificados, tanto en las unidades, como en las personas y tuvo la tranquilidad de poder dar seguimiento vía GPS a los camiones con los que se entregó su producto en los CeDis.

No sólo no tuvo entregas rechazadas, sino que se recuperó la prueba de entrega con una rapidez que no imaginaba posible, e incluso, CINLAT Logistics se hizo cargo de la cobranza. Y en el proceso, no perdió una sola pieza de su inventario.

Sus planes de crecimiento del próximo año van marchando de manera sólida y tiene previsto en 2019, ampliar su distribución a más cadenas.

Al final, Juan agradeció ese sueño que le permitió tomar las medidas necesarias para que, junto con CINLAT Logistics, convirtiera una pesadilla navideña, en un sueño hecho realidad.

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